Antes de descargar la plantilla para calcular el precio de tu curso online, vamos a comentar algunos aspectos importantes. Crear un curso online es un proceso de trabajo que va desde decidir la temática y definir al público objetivo hasta abordar el contenido y crear vídeos adecuados. Pero una vez que todo está listo y tenemos nuestra formación bien armada y lista para que nuestros alumnos se sometan a un proceso de aprendizaje de éxito, aún nos falta algo. Incluso puede que hayamos definido nuestra estrategia de marketing para la venta. Pero, ¿qué precio le pondrás a tu curso?
No es una tarea sencilla a primera vista. Hay que valorar el tiempo invertido en crear el curso, los gastos que hemos tenido, que tenemos y que seguiremos teniendo. Este último punto va más allá de nuestra simple ganancia por el trabajo realizado. Tenemos que enfrentar otros gastos como servidores, licencias, equipo, y un largo etcétera. También debemos considerar qué va a recibir el alumno. Y no sólo qué es lo que va a aprender o qué tiempo dedicará a la formación, sino que valor real tiene para él. ¿Es una formación específica y compleja difícil de adquirir? ¿Le servirá para mejorar sus competencias laborales?
Estos son sólo algunos de los factores que influyen a la hora de decidir cuál será la monetización de tu curso online. Además de ofreceros que podáis descargar nuestra plantilla gratuitamente, en este post os vamos a explicar qué aspectos debéis tener en cuenta.
Ten siempre presente que un precio que no sea adecuado, siempre va a jugar en tu contra. Tanto si el precio es excesivo como si está muy por debajo del valor real de la formación.
Razones para calcular el precio de tu curso online equilibradamente
Cuando vas a calcular el precio de tu curso online lo primero que vas plantearte es el margen, es decir, los beneficios netos que conseguirás tras la venta de tu producto.
El problema es que esta forma de medir mediante un margen según el beneficio no es correcta ya que no tiene en cuenta muchos otros aspectos tales como la publicidad necesaria para la venta, la logística para impartir el curso, el personal, infraestructuras necesarias, etc. Por ello, aunque estemos muy acostumbrados a pensar en esos términos, debemos incluir otra palabra en nuestro vocabulario: el markup.
Mediante la fórmula del markup tendremos una visión global y absolutamente acorde a la realidad desde un punto de vista económico. Dispondremos de todos los datos reales que necesitamos, conociendo todo el coste realizado. Este punto, aunque parece muy básico, es fundamental. Y es más habitual de lo que pensáis que muchos emprendedores no lo tengan en cuenta.
Con respecto a los precios elevados o excesivamente baratos, las consecuencias son bastante evidentes.
Con un precio por debajo del valor del curso, no sólo no estás percibiendo lo que es justo y la cantidad necesaria para alcanzar una rentabilidad. Además, la calidad del mismo (aunque sea buena) puede no ser percibida correctamente por los usuarios, pensando que no se trata de un buen curso. Si tu competencia establece el precio de un determinado curso en por ejemplo 250€ y tú lo ofreces por 80€, puede que haya quien quiera aprovechar la oportunidad. Pero la mayoría del pública desconfiará.
Por el lado contrario, si el precio es demasiado elevado nos va a costar más trabajo venderlo. También podemos perder credibilidad frente a los estudiantes si nuestros precios están muy por encima de los de la competencia.
3 elementos fundamentales para calcular el precio de tu curso online
Al pensar en calcular el precio de tu curso online lo primero que vas a atender normalmente son los gastos. Esto no es ninguna equivocación, pero sí que lo sería plantearte que eso es todo lo que tienes que analizar a la hora de establecer un precio justo y adecuado. Es también un error de principiante fijar un precio atendiendo a aspectos exclusivamente económicos.
Es cierto que lo primero a tener en cuenta son los gastos fijos que conlleva nuestra formación y que tendremos que abordar para mantener el negocio en funcionamiento. En este apartado, las inversiones más comunes suelen ser las cuotas de autónomos, las inversiones en recursos para creación y distribución de contenidos, mantenimiento web, alquileres y salarios. Una buena táctica puede ser hacer un prorrateo de estos gastos dividiéndolos entre el número de cursos teniendo en cuenta un determinado plazo de tiempo.
Otro apartado de gastos es el correspondiente a aquellos que son variables. Pero que sean más o menos recurrentes no les resta la importancia que tienen. Entre estos, encontramos los pagos de impuestos, la inversión publicitaria, y por supuesto, los imprevistos que se puedan tener, para lo que se recomienda dejar un determinado porcentaje disponible.
Pero como decíamos, más allá de los gastos, queremos destacar 3 elementos que debéis tener siempre en cuenta:
- Análisis de la competencia: si nuestra competencia vende cursos similares a los nuestros, debemos analizar qué están haciendo y por qué tienen ese precio. Esto no significa que fijemos un precio igual o similar necesariamente. Hay factores que pueden influir, como por ejemplo el hecho de que se trate de una marca más fuerte que nosotros. Además, debes aprovechar este estudio para buscar la manera de diferenciarte.
- La calidad de tu propia formación: no olvides que no basta con que el contenido sea bueno. La forma de enseñar y las posibilidades para el alumno son fundamentales. Debes implementar diferentes opciones y soportes para que el alumno aprenda. No te conformes con subir un temario en una página y establecer tutorías.
- Tu reputación dentro del sector: si estamos empezando, no podemos compararnos con una empresa o marca que lleve 10 años construyendo su imagen. Este aspecto también va a influir en el precio final. Podremos aumentarlo conforme consigamos una clientela fuerte, testimonios valiosos y en definitiva, un crecimiento de nuestra autoridad.
Consejos iniciales para fijar el precio de tus cursos elearning
El mejor consejo que te vamos a dar para calcular el precio de tu curso online, es con respecto a si debe tener un coste alto o un coste bajo para tus alumnos. Nos referimos en todo momento al punto de partida. Aunque te pueda parecer extraño, ambos planteamientos son correctos. Ambas opciones tienen asociadas una serie de ventajas más allá del reporte económico. Y en cada caso, es tu labor y responsabilidad afrontar cuáles de esas ventajas son más aceptables para la situación de tu marca. Sobre todo, teniendo en cuenta que toda ventaja conlleva un inconveniente.
Motivos para comenzar con unos precios altos
- Transmitir una imagen de valor. Muchos clientes tienen la tendencia de pensar que si algo es demasiado barato es porque no debe tener un gran valor.
- Será más fácil conseguir la implicación de los alumnos. Al tener que hacer una inversión más alta, los alumnos querrán aprovechar al máximo la formación, lo que puede conllevar a unas valoraciones muy positivas por su parte.
- Conseguirás afiliados más rápidamente. Si vas a trabajar ofertas del tipo “te descontamos un 50% en tu próximo curso si traes a un amigo”, será más probable que se interesen en hacer de comercial para tu marca si el curso cuesto 200€ que si cuesta 20€.
Motivos para comenzar con unos precios bajos
- Estás empezando y no tienes una gran cartera de clientes. Si aún no tienes clientes y además tu marca no es fuerte, conviene que empieces con un precio más razonable y accesible.
- Tu curso no ofrece mejorar las condiciones de vida. Si la formación es por ejemplo “primeros pasos en fotografía”, no hablamos de un contenido que vaya a mejorar las habilidades de los alumnos hasta el punto de convertirse en expertos y por tanto tener acceso a mejores trabajos.
- No tienes aún la capacidad de diferenciarte. Si no tienes los medios suficientes para ofrecer algo más que la competencia, es mejor que trates de diferenciarte con el precio.
En BrainsPro somos expertos en elearning desde hace más de 10 años. Sabemos el papel que juega calcular el precio de tu curso online correctamente. Por eso, no queremos terminar este post sin advertiros de otro error común que vemos muy a menudo: nunca utilices la longitud o duración de un curso como criterio para establecer el coste. El valor de tu formación debe fundamentarse en el contenido y el valor que das más que en la duración.